LEALTAD Y DEVOCIÓN A UN TERRUÑO
 
En la pequeña propiedad de la familia Bartolomé i Vernet, antes, durante el siglo XX y hasta nuestros días, pasión y voluntad se funden y confunden con lealtad y devoción a un terruño, a un legado que la propia familia ha sabido mimar y trasmitir año tras año, siglo tras siglo, ininterrumpidamente. Un legado que Josep Bartolomé mantuvo incluso en los difíciles años sesenta y que, 30 años más tarde, junto a su yerno Antonio Rodríguez, se propusieron mejorar la calidad de sus vinos que seguían vendiendo a granel. Pero no fue hasta los albores del nuevo siglo –en 1997– que la familia embotelló por primera vez sus vinos.
La constante evolución y mejora de los procesos vitivinícolas, ha permitido, hoy, expresar en sus vinos “Primitiu de Bellmunt” y “Clos Bartolomé”, dos exponentes de una tradición vinícola secular.